El circuito más peculiar del mundo se levanta en Turín, el Fiat Lingotto
En 1915 el «manda más» de Fiat, Giovanni Agnelli, encargó al arquitecto Giacomo Mattè-Trucco el diseño de la nueva fábrica en el distrito del Lingotto, a las afueras de Turín. Además de las plantas para la producción,oficinas… debería incorporar una pista para probar los coches terminados. La solución del ingeniero fué digna de un genio: la colocaron en la azotea de la fábrica, el Fiat Lingotto.
La forma de acceder a la cubierta de la pista se realiza mediante una rampa helicoidal interior, que gira y gira por «tiempo infinito» a treinta metros de altura, algo casi demencial.
Fiat necesitaba esta fábrica, puesto que tras la Primera Guerra Mundial estaba en plena expansión económica y la marca dominaba el mercado italiano con un 80% de cuota. Cada planta del edificio estaba especializada en una parte del ensamblaje del coche. En la planta baja se recibían los materiales y las piezas, que iban tomando forma hasta convertirse en vehículos, siempre en espiral ascendente, camino de la cima de la fábrica. Cuando un coche había terminado su ascenso a través de las cinco plantas, salía del edificio a través del techo, donde se probaba para sabelotodo estaba perfecto. Si esto estaba todo bien volvía al nivel inferior a través de una de las dos rampas de acceso en espiral.
En esta mítica fábrica se probaron coches clásicos como el Fiat 124 Spyder, el Fiat Topolino… De esta fábrica salío gran parte de la producción hasta los 70, cuando el diseño de la fábrica quedó ya obsoleto, con la llegada de robots y otras técnicas de fabricación modernas. En 1982 la fábrica se cerró oficialmente y el último coche que se fabricó allí fue un Lancia Delta.
A día de hoy después de su cierre, este edificio, vanguardia de la tecnología del momento, se ha reinventado como un espacio público, con tiendas, un teatro, un centro de convenciones y un motel, incluso la pista de pruebas de la azotea está intacta. Se utiliza sobre todo como un espacio de encuentro entre empresas y clubs de automóviles, y como atracción turística y publicitaria, usándola incluso en anuncios de Red Bull.