Te vamos despejar las dudas sobre los problemas con el aire acondicionado que pueden surgir en tu coche y viajar como mereces
Conceptos básicos del aire acondicionado.
Un sistema de aire acondicionado es sencillo, a grandes rasgos se basa en un gas que circula por unos conductos, este gas, por medio de un proceso químico se transforma en líquido y enfría el aire que pasa por otros conductos, antes de llegar frío al habitáculo del coche. Así pues, cuando el aire no llega lo suficientemente frío al coche (algo que, por la ley de Murphy, ocurrirá siempre en verano), solamente puede tratarse de dos problemas: no hay gas o no llega bien el aire.
Un sistema básico de aire acondicionado es bastante sencillo:
- Compresor: es el «motor» del aire acondicionado que comprime el refrigerante.
- Condensador: Está normalmente montado delante del radiador, y recibe el gas refrigerante comprimido, donde se enfría.
- Tanque receptor: Recibe el refrigerante, ya liquado, y lo almacena.
- Válvula de expansión: Atomiza ese refigerante líquido y lo inyecta en el evaporador, el aire que pasa por allí se enfría antes de ser enviado hacia el interior del vehículo.
Problemas del aire acondicionado.
Lo más habitual es que haya habido una pérdida de gas, producida por el propio uso del aire acondicionado, recargarlo es fácil con la maquinaria adecuada, para lo hay que acudir a un taller, donde, además de rellenar el gas, comprobarán que no exista fugas en el circuito. Si las hubiera, se debe localizarlas y repararlas, y lo cual ya tiene un costo superior a sólo cargar el aire.
Si no llega bien el aire, puede que algunos de los elementos que configuran el sistema del aire acondicionado no funcione de forma adecuada y tendrás que acudir al taller.
Diferencias entre aire acondicionado y climatizador.
La única diferencia del climatizador con el aire acondicionado es que no es necesario manejar la velocidad del ventilador ni elegir las salidas de aire para mantener una temperatura estable en el habitáculo, seleccionas los grados determinados y listo.
Cómo cuidar el aire acondicionado de tu coche
Lo mejor para evitar que alguno de los componentes que mencionamos antes se estropee es, como en cualquier componente mecánico, evitar usarlo a máximo rendimiento. Conviene que, cuando hace mucho calor, no conectes el aire acondicionado o climatizador a tope. Es más eficaz, más ecológico y menos agresivo para el sistema arrancar e iniciar la marcha con las ventanillas abiertas y conectarlo algo más tarde, cuando la temperatura interior se iguale con la del exterior con la que no necesitaremos que nuestro equipo de aire esté al máximo realizando un esfuerzo mayor que el que debería.
Conviene también que el aire acondicionado no pase mucho tiempo parado, debemos de ponerlo en funcionamiento también en invierno, para que el compresor arranque. Así los fluidos circularán por el sistema y evitarán obstrucciones. Puedes utilizarlo por ejemplo para desempañar los cristales en invierno, una tarea para la que el aire acondicionado es clave.
Un elemento clave es el filtro de aire del habitáculo que se encarga de detener las impurezas, polen y otros cuerpos extraños antes de que el aire pase de la calle hacia el habitáculo. Con el tiempo, acumula polvo, polen, bacterias y otros residuos, de ahí que los fabricantes recomiendan cambiarlo al menos una vez al año o cada 15.000 kilómetros, o incluso antes si sueles circular por terrenos sucios o con mucha polución.
¿Por qué huele mal el aire acondicionado de mi coche?
Todos hemos subido a algún coche ya entrado en años y, en el momento en que se conectaba el aire acondicionado, le ha recibido un olor desagradable, este mal olor procede del propio sistema. A lo largo del tiempo ha ido acumulando humedad en los conductos y esa humedad provoca que aparezcan bacterias y moho.
Los sistemas de aire acondicionado se diseñan para minimizar estas acumulaciones de humedad, pero no siempre se consigue, es un lugar cerrado con aires fríos y líquidos, así que no es fácil evitar esas malas acumulaciones, que además luego se envían directamente al interior del habitáculo. Una forma de prevenirlo es utilizar la calefacción de vez en cuando, para eliminar el exceso de humedad que genera el uso del aire acondicionado en los conductos-
Lo ideal es desmontar el sistema por completo, para secarlo y limpiarlo bien, pero eso supone un coste importante de tiempo si sabes hacerlo tú mismo, o de dinero si quieres que lo haga un taller, la solución más factible está en los purificadores y procesos de higienización que combaten desde olores corporales a los que producen los hongos y bacterias en el sistema de aire acondicionado del vehículo.
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